28/1/12

Programar el año...


Durante las vacaciones viajá a tu interior, abrí los ojos, sentí, respirá, sonreí, disfrutá.

La palabra vacaciones deriva del vocablo latino vacatio, que significa “tiempo de vaciamiento”. Así, el sentido más profundo de este receso es para vaciarse de horarios fijos, rutinas, obligaciones, compromisos.


Sin embargo, el concepto de “vacío” puede tener más de un significado. La filosofía china considera el vacío como “hacer nada”, detenerse, mirar, respirar hondamente, ser parte del mundo, espectadores en vez de protagonistas. Un vacío fértil, creativo. Lleno de silencio y contemplación, lo que permite una unión íntima con la naturaleza y con uno mismo, en un tiempo concreto, “aquí y ahora”, ese vital tiempo presente.


Los filósofos occidentales, por su parte, hablan del vacío existencial. Es aquel en el cual surge la angustia de no tener un horizonte, un proyecto; aparecen las emociones negativas producto de no encontrarle sentido a la vida. La mirada es claramente diferente. El vacío fértil puede ofrecer puntos de vista y experiencias nuevos, emociones sorprendentes. No hay obligación de hacer algo para llenarlo; se trata simplemente de convivir con lo que nos rodea, abrir la mente, estar en armonía.


Del vacío existencial suele surgir la necesidad impetuosa de huir, de “hacer algo”, de escapar antes de explorar en las preguntas “¿para qué vivo?”, “¿estoy haciendo las cosas bien?”, “¿mi vida es como yo deseo?”. En muchas ocasiones, este vacío existencial es un camino directo a la enfermedad, al aislamiento, las conductas riesgosas (consumo excesivo de sustancias, relaciones peligrosas, atracones que llenan el vacío con comida), hiperactividad o, por el contrario, depresión.


Mientras el vacío fértil genera endorfinas y resulta acogedor, el vacío existencial aumenta la producción de adrenalina y cortisol (corticoides internos) y puede hacerse insoportable. Mientras el primero aumenta la sensación de placer, relajación y armonía, el segundo lleva a la tensión continua, la necesidad de estar siempre haciendo o siguiendo algo: una búsqueda insaciable de una quimera que incluso puede no estar definida. Aunque a simple vista la tendencia a llenar el vacío existencial parece ser el único modo de vivir, lo cierto es que se trata de la forma más segura de vivir enfermo.


Todos los ciclos vitales necesitan un descanso, una pausa. Así como alternamos inspirar aire con exhalarlo, así como las personas no podemos permanecer despiertas varios días seguidos sin pagar las consecuencias con dolores y cansancio, el equilibrio no se alcanza con la acción permanente.


La vacatio, la pausa indispensable del año, puede convertirse en un vacío fértil, un tiempo para renovar la energía, mirar con ojos nuevos los paisajes de siempre... o bien ser la continuidad del vacío existencial. Para que las vacaciones sean un fértil tiempo de vaciamiento, no hace falta mucho. Basta con prestar atención a lo que no se registraba durante el intento desenfrenado de cumplir con la rutina cotidiana. Una simple mirada, la escucha paciente de un relato, el compartir un atardecer con alguien o simplemente disfrutarlo solo y en silencio, pueden devolver el equilibrio y la integridad.


En el tiempo de vaciamiento fértil se fortalecen lazos a veces olvidados, se recrea un espacio compartido, es posible caminar sin tener que llegar a ningún lado. Se terminan los apuros, los horarios se modifican. Para alcanzar este estado, esta vivencia del presente, este ahora, no es necesario recorrer una distancia larga. No hay destinos que aseguren la fertilidad de la vacatio. Se trata de un viaje a nuestro interior, ese que de tanto responder a las urgencias y las demandas cotidianas va quedando relegado, en un segundo plano. Volver al silencio, que es mucho más que la ausencia de ruido. Al silencio que pacifica, reconforta y permite escuchar los sonidos de la naturaleza o la propia respiración. No al silencio que asusta, que hay que tapar con palabras vacías o auriculares permanentes.


Les deseo una vacatio fértil. Un espacio para compartir emociones, sentimientos y proyectos. Un ocio creativo y liberador. Les deseo que se olviden la idea de leer todos los best sellers del año, mirar todas las películas en cartel, llevarse la compu a la playa, tomar todo el sol en un día o conocer diez lugares en diez días. Dejate seducir por la idea de hacer nada. Ojalá comprendas que después de haber corrido todo el año te merecés el premio de este vaciamiento. No es el momento de huir a la ruta poniéndose en riesgo, ni de sacar fotos de todo (las mejores imágenes y sensaciones quedan grabadas en el alma).


Espero que te sea posible aprovechar estas vacaciones para hacer un viaje a tu interior, abrir los ojos, sentir los aromas y el calor del sol, respirar profundo, mirar a quienes te rodean, sonreír, conectarte y disfrutar. Si es así, a tu regreso conservarás toda la riqueza interior que cultivaste en tus vacaciones.






10 trucos para recuperar tu energía


Aprovechá estas vacaciones para combatir a los saboteadores de tu vitalidad. Sugerencias para un verano de descanso.

¿Te sentís cansado y con pocas fuerzas para ir a trabajar? ¿Te quedarías en la cama, incluso a la hora de despertar a los chicos para llevarlos a la colonia?


La falta de energía y el cansancio son lógicos después de todo el año de trabajo, sobre todo antes de tomarse las vacaciones. No te desalientes: la energía es un bien que puede recuperarse y hasta fortalecerse a través de pequeñas acciones.

Aquí te presentamos diez sugerencias para practicar mientras esperás el comienzo de tus vacaciones, o durante tus días de descanso.

1. Comé variado y buscá el equilibrio. Fijate que tu alimentación incluya:


- proteínas: carnes magras, pescado y huevos.


- calcio: lácteos y derivados.


- fibra: frutas, hortalizas y cereales integrales.


- vitaminas del complejo B: frutas y hortalizas, germen de trigo, frutas secas.


- vitamina C: cítricos y kiwi.

2. Mantenete activo pero no te llenes de actividades. El cuerpo recarga la energía a medida que funciona. Cuanto más activo estés, mayor será tu nivel de energía. Sin embargo, también acusa recibo cuando la actividad excesiva no deja espacio a la relajación.

Por eso, empezá con tranquilidad a:


- caminar en lugar de utilizar el transporte público o el auto.


- si el trabajo te exige permanecer mucho tiempo sentado, hacer pausas de cinco minutos cada una hora para caminar por la oficina, levantarse y desperezarse, hacer ejercicios sentado. Estos pequeños descansos ayudan a despejar la mente, lo cual aumenta la productividad y la sensación de bienestar.


- aprender un baile que le guste.


- salir en bicicleta.


- poner en práctica una serie de ejercicios físicos en tu casa o en un parque cercano.


3. Descansá bien. El sueño es indispensable para recuperar la energía. Lo importante no es dormir mucho, sino descansar bien. Programá tus actividades para acostarte relativamente temprano y dormir de seis a ocho horas. Comentá con tu familia esta necesidad para tu salud y pedí ayuda para poder concretarla: tal vez tu pareja pueda no mirar televisión en la cama junto a vos, pueden cenar más temprano u organizar las reuniones con amigos sólo durante el día.

4. Prestá atención a tu respiración. La respiración deficiente es un enemigo de la vitalidad. Durante el día, hacé varias veces el ejercicio de inspirar hondo y lentamente por la nariz sin levantar el pecho y luego soltar el aire empujando el abdomen hacia adentro. Además de utilizar mejor tu capacidad respiratoria lograrás momentos de relajación y calma.

5. Descubrí la aromaterapia. Muchas personas le encuentran la virtud de renovar la energía propia y del lugar donde se habita. Colocar velas con aroma a bergamota, menta o mandarina, o usar inciensos y aceites tiene un efecto estimulante.

6. Ríete más seguido. Según las estadísticas, un niño de cuatro años se ríe alrededor de 200 veces por día, mientras que un adulto sólo se ríe 15. Considerá que la risa es una efectiva terapia que favorece el bienestar general del organismo, desde la actividad respiratoria hasta el sistema de defensas, y un energizante natural. ¿Cómo reírse más? Sólo hay que proponérselo: hacelo y vas a ver cuántas oportunidades tenés.

7. Practicá ejercicios de relajación. Hace yoga, meditación o tomá sesiones de masaje, que contribuyen a mantener la energía. Como empujoncito para empezar, buscá clases abiertas, andá dispuesto a abrirte a la propuesta, y luego elegí lo que más te agrade.

8. Aumentá el verde. ¿Vivís con el televisor, la computadora u otros aparatos electrónicos encendidos? Colocá plantas verdes en los ambientes donde pasas más tiempo: ayudan a eliminar la radiación de los aparatos y producen oxígeno, altamente energizante. Si tenés jardín, dedicate un rato cada día a estar en contacto con la tierra: arreglá las flores, sembrá nuevas semillas, transplantá, cortá el césped. Si tenés balcón, ubicá ahí algunas plantas y cuidalas.

9. Obtené energía instantánea. Practicá trucos energéticos:


- cantá: es un ejercicio muy efectivo para oxigenar el organismo, conectarse con las emociones y sentirse bien.


- bailá: subí el volumen de un tema que te guste y bailá todo el tiempo que quieras; podés hacerlo solo o con su pareja e hijos. Verás que pasa algo nuevo.


- vestite con colores radiantes: según explica la cromoterapia, el amarillo, el naranja y el rojo son ideales para aumentar la vitalidad.


- desperezate: aunque esté asociado con desgano y fatiga, este ejercicio es clave para lograr renovación neuromuscular y ayudar a disipar el cansancio de la jornada.

10. Decidite a disfrutar de tus vacaciones. Programate para hacer aquello que te permita realmente descansar cuerpo y mente. Pensá de antemano: ¿con quién te vas a sentir más cómodo?, ¿adónde?, ¿con qué actividades? Lo importante es que sean días en los cuales vos puedas disfrutar, dejar atrás las presiones, abandonar la rutina del año y renovar tus energías.

FUENTE: DR. CORMILLOT. ARGENTINA.

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    Hola! Gracias por comunicarte y participar con tu comentario. Lo leeré y estaré colgándolo en el blog a la brevedad. Laura Toro.